Cuando te dicen algo bonito, ¿qué respondes? ¿cómo actúas?

Es frecuente que te digan algún cumplido 

y tu respuesta sea tipo "no es para tanto" o "eso como tu me miras".

No le solemos dar importancia, o se la quitamos aunque sí nos guste...

Lo minimizamos. 

Usamos un lenguaje que le quite valor, fuerza, 

a los que nos han regalado en modo de palabras.


Por el contrario, cuando nos dicen algo que no nos gusta, 

aunque nos lo digan de la forma más simpática del mundo, 

solemos tender con el leguaje y con la mente a exagerarlo.

Nosotros solemos darle más importancia que la persona que nos lo ha dicho.

Imaginemos que nos dicen, "te pasa algo hoy, tienes mala cara", 

lo normal es que digamos, "mala, ¿de verdad? ¿qué me ves? ¿en qué lo notas? ..."


¿Por qué quitamos importancia a los cumplidos que nos regalan

y, sin embargo, acentuamos las cosas que nos dicen y que no nos agradan?


Por ejemplo, cuando nos dicen que nos quieren mucho, solemos responder con un 

"no será para tanto...", o con un "¿de verdad? ...no te creo".

Pero sin embargo, si nos dicen que hemos sido un desastre en un determinado trabajo

rápidamente nuestra cabecita se pondrá a darle vueltas al tema, a masticarlo en la mente,

a buscar excusas para justificarlo, entrará en modo defensa, 

... le dará más importancia de lo que realmente tiene.


Otro ejemplo, cuando nos dicen "ufff, que bonitos te quedan esos pantalones".

Añadimos, sin más, ... "bueno, ... los compré en rebajas, 

y la verdad no me los pongo mucho", por ejemplo... 

Le quitamos fuerza, intentamos justificar el cumplido.

¿Necesita un cumplido de alguna justificación?


La mente tiende a acrecentar lo que le molesta, lo que no le gusta.

Y a minimizar lo que le agrada.

A poner más foco en lo negativo. A quitarle peso a lo que le es agradable.

Es uno de los sesgos de atención, la discriminación positiva.


¿Es que es estúpida nuestra mente, nuestra forma de pensar?

¡No! 

Es tan sólo que, biológicamente, estamos preparados para la defensa, 

en todos los sentidos; también para cuando el "ataque", 

aunque detrás no contenga una mala intención,

viene desde las palabras de otra persona.

Cuando nos felicitan o nos regalan un cumplido, 

tendemos a lo contrario, a quitarle importancia.


Para superar esto, tan sólo tenemos que entrenar la mente.

Y,  en todos los casos, lo más importante en ese entrenamiento, 

bien sea porque nos adulen, porque algo nuestro les ha gustado,

o sea porque nos digan algo que no les ha gustado,

siempre debemos actuar igual:

SER AGRADECIDOS 

y

SER lo más OBJETIVOS posible


Sin darle más importancia de la que tiene..., en ninguno de los casos.