Una persona, mientras dormía, escuchó ruido en su casa.
Se levantó y, para encender su lámpara
empezó a sacar chispas de su mechero.

Pero el ladrón, causante del ruido,
se colocó delante de él,
y cada vez que la persona provocaba una chispa,
el ladrón con sus dedeo la apagaba.

El dueño de la casa,
creyendo que la mecha estaba mojada,
no pudo ver al ladrón.

También en tu corazón 
hay un ladrón que te apaga el fuego,
y lo peor es que tú no lo ves.


Versión de un cuento de Rumi, 
poeta místico musulmán