Las personas estamos perdiendo la capacidad de no hacer nada.

Y sí, es una "capacidad".

Nuestra existencia está completamente dedicada al HACER.

Soy un absoluto defensor del hacer, ...pero también del saber parar.

Parar de hacer. Y parar la mente.


Percibimos la vida en términos de rendimientos. De trabajo. De hacer sin dejar de hacer.

¡Un error!

Y entendemos la inactividad como un déficit de éxito o de acción necesaria para avanzar.

¡Otro error!


No olvides los beneficios de la ociosidad.

El valor que aporta a la mente y a nuestra felicidad incluir momentos contemplativos.

La inactividad es un arte.


El Tao lo llama WEI WU WEI,  hacer no haciendo.

Que interesante puede ser fluir con una mente parada.

Y esto nos lo enseña la meditación.


La inactividad es una forma de sentirnos vivos, es un acto muy humano,

aunque los animales lo practiquen de forma natural, sin necesidad de enseñanzas.

Mira tu mascota, ¿cómo pasa la mayor parte del día?


¿Y si la inactividad también formase parte de nuestros rituales?

¿Y si nos permitiésemos, con cierta frecuencia, un ayuno de actividad?

No es dormirnos, no es calma, no es vacío, no es falta de movimiento, ...,

consiste en practicar la


S E R E N I D A D