El canto de las cigarras, 

los pájaros revoloteando, 

los momentos de silencio total,

mi casa en verano.

El mar a cincuenta metros.

la mirada de ella más cercana,

unos cuantos buenos libros en m modo lectura compartida,

otro escribiéndoselo.

La hamaca californiana,

el olor a la sal de la piscina, 

el sol de justicia,

toallas y más toallas.

Un vaso de agua, con gas, fría,

el martini agitado de Rubino, 

y el vino frío del Perro Verde.

La libreta y el Bic de cuatro colores, 

el ritmo marcado en el bajo de Marcus Miller, 

la paciencia que marca la vida de las palmeras,

la chulería de los cactus.

Ellas aquí.

...

¡Momentos!

Lo esencial en un día de verano.