En un mundo donde las apariencias 

se fabrican con filtros, 

algoritmos y prompts, 

ser uno mismo se ha vuelto 

un acto casi revolucionario.

 

La inteligencia artificial 

puede generar textos brillantes, 

imágenes perfectas, 

versiones pulidas de casi todo. 

Pero lo único que 

no puede imitar con autenticidad 

es aquello que 

nace de lo humano, 

lo imperfecto, 

lo vivido.

 

Hoy, más que nunca,

y, especialmente,  

a través de las rrss, 

parecer lo que no se es, 

es fácil. 

 

Ser —en cambio— 

requiere coraje 

para ser honesto, 

vulnerable, 

contradictorio con lo más común, 

si es necesario. 

 

Vivimos tiempos de maquillaje.

 

En tiempos de filtros 

y textos generados por la IA, 

SER es un acto punk.

 

En las redes, 

mostramos una versión editada 

de nosotros mismos 

para otros que también están actuando.

La IA podrá escribir una poesía 

mejor que tú, 

...o no, pero no podrá sentirlo como tú,

o como su destinatario.

Hoy, elegir ser real 

es incómodo, 

pero es lo único 

que no se copia, 

no se genera 

y no se vende.

Ser lo que tu

de verdad eres.

 

Ser es sostener tu identidad 

cuando todo te empuja a adaptarla

a lo que otros desean de ti.

Ser es recordar que deberíamos usar

la tecnología y las rrss 

como una herramienta, 

no como una máscara.

Ser es elegir realidad, y autenticidad,

en lugar de validación continua

por otros a través de sus “likes”.

 

En realidad, 

lo único que deja huella 

es lo auténtico.

¡Piénsalo!