¿A cuántas personas en nuestro país se les ha pasado esta idea por la cabeza? A uno de cada cuatro trabajadores españoles. Es decir, el 27% se plantea dejar su puesto de trabajo en 2022, principalmente por salud mental o las condiciones económicas, según un estudio de InfoJobs sobre el abandono del empleo en España. Y este año las personas que tienen ese runrún en mente son más que el año pasado. “El porcentaje ha incrementado cuatro puntos: en 2021 era el 23%”, explica Mónica Pérez, directora de Comunicación y Estudios de InfoJobs.

Una cosa es planteárselo y otra dar el paso. Como recuerda Mónica Pérez, “en España, apenas 30.000 profesionales renunciaron voluntariamente a su puesto de trabajo el pasado año”. Trabajadores con contrato indefinido, según los datos de afiliación de la Seguridad Social. El fenómeno en EEUU no es comparable al de España, dice. Entre otros motivos, por los datos de empleo de ambos países: a finales de 2021, la tasa de paro en el país norteamericano fue del 3,9%, frente al 13% nacional. Pero sí cree que hay que seguir de cerca esta tendencia, sobre todo, en determinados perfiles. “Los profesionales del sector tecnológico están muy cotizados y ya tenían una tendencia de gran proyección, por lo que la posibilidad de que tengan una mejora o de ese cambio es muy factible frente a otros sectores”, afirma Pérez.

Es el caso de Rafael Castillo, 40 años, científico de datos, un área dentro del Big Data. Trabajaba en una empresa de telecomunicaciones en España y el pasado diciembre decidió dejar su trabajo. “A raíz de la pandemia, en 2020, nos enviaron a trabajar a casa. Estuve alrededor de año y medio teletrabajando. En ese periodo, incluso, hubo una situación de ERE en la empresa, pero yo no me acogí”, nos cuenta este físico, que ha compartido con Forbes los motivos de su renuncia. “Estaba cómodo y contento, trabajando desde casa”, puntualiza.

“Pero en octubre pasado, nos dijeron que teníamos que volver a la oficina. Y eso fue lo que me hizo clic en el cerebro”. Su tipo de trabajo no requiere presencialidad, explica. “Tenemos herramientas para comunicarnos y hacer seguimiento de nuestros trabajos y progresos. Está todo tan medido, que obviarlo es negarlo. No entendía por qué me tenían que hacer ir”. Entonces pensó que no iba a volver. No fue una decisión fácil, dice, porque era un empleo estable y llevaba cuatro años en la empresa. Pero quería continuar trabajando desde casa y poder conciliar. Seguir llevando a su hija al colegio, autogestionarse las horas de trabajo y no tener que desplazarse o estar supeditado a un horario.

“El mercado laboral es atractivo para mí, así que busqué un empleo en una empresa que permitiera el teletrabajo 100%”. Tardó dos meses en encontrarlo. Ahora trabaja en una compañía americana. “Yo antes no sabía qué era conciliar”, explica. Y es que antes de la pandemia, el teletrabajo era algo excepcional en la empresa en la que trabajaba. “Pero cuando ya todos lo hemos vivido, muchos como yo consideran que no tienen por qué ir a ningún sitio a organizar el trabajo. Este tipo de movimiento es bastante común en mi sector. Yo, al menos, he comprobado que muchos compañeros han renunciado por tener que volver a la oficina; y creo que muchos van a hacerlo”.

Aquellos que estaban trabajando en la oficina y durante la pandemia teletrabajaron en sus casas, y se ha demostrado que aumentaron su productividad, ya no quieren volver; o no quieren hacerlo al 100%”, explica Mónica Vázquez, headhunter especializada en la búsqueda de ejecutivos para grandes compañías. Pero matiza: “El sector tecnológico es distinto: los candidatos son mucho más exigentes porque saben el valor que tienen en el mercado. Nosotros llevamos años trabajando con este sector y ‘persiguiéndoles’. Es verdad que ahora, como el resto de los sectores se ha tecnologizado, se demandan aún más estos perfiles”.

“En España, y en Europa, la Gran Dimisión está más focalizada en dos ámbitos: el sanitario, que es producto, casi directo, de la pandemia; y el de la tecnología, porque se está buscando mucho talento tecnológico. En el resto de sectores está más la Gran Resignación: me gustaría irme, pero me quedo, porque si no, no sé qué hacer”, Fernando Botella, CEO de Think&Action.

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