Cuando el año 2023 está a punto de completar su primer mes, algunas empresas ya se han planteado cómo afrontarlo desde la perspectiva de formación y entrenamiento de sus managers y equipos ejecutivos.

Otras están ahora en ello, haciendo planes…

Y es que guerra, inflación, crisis energética, rescoldos de la pandemia, revolución tech, …, deberían ser suficientes pistas para adivinar que el 2023 no tiene ninguna intención de ser un año tranquilo. Circunstancias que, lejos de angustiarnos más de la cuenta, deberían servir de acicate para que las empresas traten de aprovechar las muchas oportunidades que puede traer un periodo tan desafiante como el actual. Eso sí, para hacerlo, deberán prepararse a fondo.

Desde mi experiencia en el sector, estas son algunas de las principales tendencias de formación y desarrollo para el año en curso.

Liderazgo ágil e invisible. En unos entornos cada vez más cambiantes, inciertos e impredecibles, el liderazgo necesita hacerse más fluido, invisible e inspirador que nunca, si lo que se quiere es triunfar en la siempre compleja misión de llevar el barco a buen puerto. Especialmente en un contexto de trabajo híbrido y flexible, en el que parte de esa tripulación trabaja en la oficina, parte lo hace en casa, algunos equipos desde otros países, en el que todos deben ser capaces de conformar un equipo perfectamente cohesionado y alineado con los propósitos y objetivos estratégicos de la empresa.

Habilidades de comunicación en entornos complejos y conflictos cotidianos. Precisamente por esa diversidad de escenarios empresariales y laborales que facilita la digitalización, las habilidades de comunicación resultan claves de cara a garantizar que los equipos siguen siendo eficaces.  Y es que conviene no olvidar que en los actuales entornos la presencia es solo una más de las opciones de relación posibles, y que hay que esforzarse de manera especial para que la empresa y las personas que trabajan en ella no pierdan humanidad y cercanía. Una formación en habilidades de comunicación que incluya el dominio de registros tanto orales como escritos, que desarrolle territorios como la escucha generativa, la pregunta o el feedback, y que afronte el desafío de salvar el gap del trabajo remoto y se acerque a la dimensión más humana de las personas. Ahora, esto que formaba parte de las mal llamadas “habilidades blandas”, es más importante que nunca.

Mejora en los métodos de productividad. Condiciones exigentes requieren altos niveles de desempeño. En un entorno tan incierto como el que se presenta en 2023, las empresas necesitan incrementen sus ratios de productividad. Eso sí, no a costa de las personas, sino a favor de ellas. Para ello, es fundamental apoyarse en la innovación, las metodologías “agile” o en una concepción más esencialista de los negocios, es decir, en un retorno a lo básico, a lo menos complicado o a obsesionarse con los resultados a corto plazo. Cada vez, más empresas, apuestan por aprender a ser esencialistas. Es una de las mayores demandas de consultoría y formación que tenemos hoy día en Think&Action. Aprender a cómo conseguir hacer más con menos, el llamado “effortless”.

Nuevos canales de venta. Mejorar la productividad no sirve de mucho si después no somos capaces de hacer llegar nuestros productos y servicios al mercado de la mejor manera posible. Y hoy la mejor manera posible son… ¡todas! Dominar los nuevos drivers de la distribución y la comercialización, como son la omnicanalidad a través de metodologías de venta consultiva, y hacerlo, además, de forma simultánea y personalizada para cada uno esos públicos, es fundamental en esta nueva era de las tecnologías exponenciales y la experiencia de cliente. El modo de relacionarnos con los clientes y de acceder a los mercados ha cambiado. Debemos estar preparado para ello.

Sostenibilidad y bienestar. El año 2023 también será el de la conformación de que factores que tradicionalmente se han considerado ajenos a la actividad empresarial, como son la sostenibilidad o el bienestar de las personas, hoy se encuentran en el corazón de la estrategia de las compañías más exitosas del mundo. Una sostenibilidad y un bienestar tomados en un sentido amplio y que extienden su alcance tanto dentro como fuera de la empresa. No hablamos sólo de ecología o medio ambiente, no hablamos sólo de RSC, que también; hablamos de conseguir el engagement adecuado de todo el equipo, la ventaja más competitiva que tienen las empresas, para que participen estratégica y funcionalmente en la sostenibilidad global del negocio a largo plazo. Y esto no se resuelve con un teambuilding.

Cultura digital. Naturalmente, la digitalización y la tecnología están muy presentes en todo este itinerario de capacitación. Hasta tal punto que no se puede hablar de ellas como de un compartimento estanco, sino que tiñen de manera transversal todas y cada una de las actividades de una empresa. Es una cuestión cultural, de comportamiento, una nueva forma de hacer las cosas, de entender el negocio. Ninguna tendencia de formación puede ignorar el componente tecnológico, porque ninguna compañía puede operar hoy sin tener plenamente integrada en su manera de actuar una adecuada cultura digital.

Pues bien, es el momento de preguntarnos, ¿cómo va mi empresa en base a estas tendencias? Y, sobre todo, es el momento de tomar decisiones importantes en lo que a formación , entrenamiento y desarrollo se refiere, que nos permitan poder alcanzar el futuro deseado.

 

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